Estoy cansado de ver anuncios de estilos de artes marciales que se promocionan «para todas las edades», «para todo el mundo», «no importa tu condición física», … y a mi me duele ver estos anuncios, pues lo considero un engaño hacia uno mismo y hacia la gente que viene buscando un sistema de autoprotección.
Antes que nada, tengo que añadir que todo esto son meras impresiones personales, cualquier queja, o comentario, a un servidor.
¿Por que no son para todo el mundo? Se puede resumir en el texto de la película «El francotirador» (American Sniper – 2014) que hay un corte de esa secuencia.
No todo el mundo nace con la capacidad de enfrentarse a otra persona que, inicialmente, parece más grande y fuerte y no todo el mundo está predispuesto a lo que puede suponer un sacrificio por la gente que amamos o por simples desconocidos, simplemente por el hecho de enfrentarse a una injusticia. Por suerte, en el mundo hay «perros guardianes»; muchos no están en el ejército y, por desgracia, muchos lo descubren tarde o con mala preparación. Igualmente, no todos los que practican artes marciales están preparados para repeler un ataque en la calle, al estar fuera de un entorno controlado, la adrenalina y el estado de shock pueden llevar una mala pasada, incluso a alguien con años de experiencia en un dojo de artes marciales.
Me han pedido algunas veces que dé clases de defensa personal, muchas de ellas me niego al no ver (o saber ver) la capacidad de lucha en la persona. Suelo preguntar si la persona está dispuesta a recibir golpes y, posiblemente, sangrar algo en el entrenamiento (nariz, dientes, …) al poder recibir un golpe mal colocado. Muy poca gente está dispuesta a sufrir, pero hay que tener en cuenta que en la calle, en un enfrentamiento que no se haya podido «desescalar», es muy probable que nos llevemos más de un golpe y alguno de ellos nos cause sangre y dolor, por lo que es algo que deberíamos haber sentido previamente, para «entrenar» a nuestro cerebro de esta sensación y que no le sea nuevo, para evitar entrar, sin control, en un estado de shock que nos puede causar más mal que bien en una situación crítica.
Otra cosa muy diferente es quien practica un deporte basado en artes marciales, que puede ir practicando elasticidad, velocidad, foco (Concentración) y las formas que quiera, pero que sepa que es algo «deportivizado», para un crecimiento personal, no, para luchas en la calle. No hay nada de malo en ello, solamente que se informe de forma adecuada lo que se está haciendo, sin crear falsas expectativas o crear una falsa sensación de seguridad que puede llegar a ponernos en más problemas que no solucionarlos.
Por eso, no creo que las artes marciales sean para todo el mundo, pues no todo el mundo tiene la capacidad de devolver un ataque, de atacar a alguien o hacer daño a otro (las ovejas del vídeo), pero, por suerte, hay gente que sí tiene esa capacidad, por lo que una correcta formación puede ayudar a mucha gente (los perros guardianes) y que nunca sean agresores (los lobos).
Xavi Vila
Instructor de Kyusho