Velocidad e intensidad no es intención

¿Qué es la intención? ¿Cómo trabajarla? son preguntas que se hacen continuamente. Aquí voy a explicar lo que NO es la intención según mi punto de vista personal.

Hay quien practica de forma que sus ataques son realmente rápidos, cuesta ver por donde va, pero el compañero que recibe la técnica casi ni se mueve, pues aunque los movimientos son rápidos, niguno o casi ninguno apenas toca al compañero; dicen que por respeto, pero realmente están aclimatando su cuerpo a no pegar a la persona que tienen delante. Algo parecido pasa cuando en la práctica, el compañero que ataca frena su ataque a unos centímetros del cuerpo de quien debe realizar la técnica, haciendo que tanto la práctica del compañero sea inútil al intentar realizar una técnica ante un ataque mal ejecutado y él no practica como atacar al compañero, solamente se mueve.

En mi práctica habitual, si quien hacía la técnica fallaba, debía recibir el impacto del compañero y en ese caso, el que recibía el impacto debía pedir perdón, pues no ayudaba a practicar al compañerp, esto considero que es trabajar una costumbre de atacar bien desde el principio.

Hay estilos, por ejemplo Niten Ichi Ryu que conozco, donde en las exhibiciones y demostraciones, el que recibe la técnica suele ser el maestro o el alumno aventajado de los dos, pues el ataque debe ser bien hecho, si no, la técnica se ve falta y nada efectiva y no queda bien, al contrario que muchos estilos donde se busca que la persona que realiza la técnica se luzca con la ejecución. Objetivos diferentes pero que hay que considerar las razones intrínsecas.

También he visto situaciones donde se practica un ataque cientos de veces y a veces con extras (pesos en los brazos, armas más pesadas, …) este entrenamiento ha de ser puntual, para trabajar la musculatura, pero no como objetivo de potenciar una presunta intención combativa, pues al usar las armas o formas normales, al no estar habituados a ese peso y al no tener la práctica del contacto, no será efectivo.

No hay que confundir la velocidad de una técnica, la intensidad de una práctica con la intención del ataque, ese sentimiento, esa sensación o ese instante donde sabes que algo va a suceder. Para que esto suceda, busca que TODO tu entrenamiento sea lo más real posible. Cuando ataques a un compañero, ataca de forma que si no te esquiva o realiza bien la técnica recibirá un impacto. Cuando defiendas, defiende atacando como si te fuera la vida, controlando el no hacer daño a tu compañero, manteniendo esa consciencia activa de conocer los limites del cuerpo humano. Cuando entrenes, hazlo como si de ello dependiera tu vida o las de la gente más allegada a tí. Cuando veas a un enemigo, respétalo, pero has de saber que él ya ha caido, solamente haces que el tiempo te dé la razón sucediendo lo que debe suceder. Con esta práctica, quizá, en un tiempo (días, meses o años, …) llegará un momento en que lo harás sin pensar y tus técnicas serán efectivas, por que así será tu intención que lo sean.

La única forma que se me ocurre para practicar al intención es, simplemente, practicar y que ésta te encuentre entrenando.

Xavi Vila
Instructor de Kyusho