El Budō es algo que no debe realizarse solo en el dojo o sitio de práctica, si no que es algo que debemos ir adquiriendo y adoptando en el día a día.
Si hacemos una práctica completa, de forma que aprovechemos cada entrenamiento y vayamos pensando en lo que hacemos y como lo hacemos y ver como aplicar lo practicado en cada momento cotidiano, conseguiremos un nivel de consciencia elevado y esto se verá en varios aspectos.
Según Nicolás Ibañez, quien lo ha aprendido de su maestro Miyagawa Morito (10º soke de Hyoho Niten Ichi Ryu), esto se ve en 5 aspectos base, que son:
1- Posición del cuerpo (Shisei). El cuerpo está erquido, no está plegado ni encogido, columna recta y la mirada al frente. Es una posición de seguridad y expresa autoconfianza.
2- Movimiento (Ugoki). Tal y como se mueve, se nota, la cabeza no se desplaza arriba y abajo junto al torso, pues el movimiento sale de las caderas y las rodillas hacia adelante, no haciendo que el cuerpo vaya ondulando bien arriba y abajo o, incluso, de lado a lado.
3- Equilibrio (Baransu) Dificilmente trastabilla, los pies van bien asentados y los movimientos son ajustados.
4- Respiración (Kokyu) Todo el rato va respirando, pero sin hacer hiperventilaciones. No hace apneas, pues esto causa un cansancio excesivo y entonces
perderia fuerza; aspira aire antes de realizar la acción y lo va soltando poco a poco mientras realiza acciones o va realizando respiraciones muy acompasadas al movimiento.
5- Ritmo (Hyoshi). Hace las cosas cuando toca, ni antes ni después. En el momento justo, reaccionando en el momento que toca al estímulo externo; ni antes del momento, ni se despista y lo hace después.
A ver si podemos llevar la práctica del dojo a nuestra vida cotidiana con estos detalles como base.
Xavi Vila
Practicante de artes marciales